Telvi nos ofreció un menú tradicional, nada pretencioso, de auténtica “guisandera”, con la solidez que aporta el buen trabajo culinario y una excelente materia prima. Comenzamos con unas croquetas caseras y queso Afuega´l pitu con anchoas. Plato unánimente elogiado fue una original tortilla de bacalao que presentaba un perfecto equilibrio de textura, jugosidad, salazón y sabor y que ejemplificaba a las claras lo que Josep Pla llamaba “cocina de la resurrección” que convierte un producto reseco, fibroso, casi momificado, en uno de los platos más gustosos y con hechuras más variadas que existen en la cocina ibérica. Como plato principal un clásico, cabritu con patatinos. Sin ambages, espléndido. Postres caseros para deleite de los más golosos, vino de crianza de rioja, café, licores digestivos, la tonada en la poderosa voz de Aquilino y los monólogos y cantos de Fermín, nuevo en nuestra peña, que asombró con su fino humor y su prodigiosa memoria, fueron colofón para otra agradable jornada en compañía de buenos amigos.
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