Para despedir el año 2013 nos juntamos precisamente 13 esforzados, dispuestos a dar cuenta del completo menú de la Jornadas de la Matanza de Llanera, que dicho así no suena muy bien pero que naturalmente se trata de una matanza incruenta y festiva, la nuestra, por la que desfilan algunos de los productos derivados del rey de los animales mitológicos, del que se dice que son buenos hasta los andares, imprescindible en la elaboración de nuestra cocina más tradicional. A estas Jornadas gastronómicas se han adherido un buen número de los mejores restaurantes y casas de comida de Llanera y entre ellos La Torre
( http://www.restaurantelatorre.com/ ), el tradicional restaurante de Pruvia donde hace tiempo que teníamos ganar de volver.
El menú comienza con un pote de berzas en la mejor tradición del centro de Asturias, suave y sabroso, para seguir con patatas rellenas de picadillo deliciosas y una ración de callos reglamentarios. El último plato, para los que todavía tenían ganas de mover el bigote, un buen filete de adobo con sus patatas fritas, por aquello de que nadie quede con hambre, ni nada que se le parezca. Como si la cosa no fuera con menú tan abundante, de postre un sensacional, y lo digo yo que no es mi postre preferido, arroz con leche con láminas de caramelo que se queda en el recuerdo mucho tiempo. Un buen reserva de Valdemar 2006 y los cafes y licores digestivos completan una estupenda comida que nos predispone para las esperadas comidas navideñas.
Bon apetit
Asegura la gran Vanesa Ferreiro, de “O rey do pulpo”, que hay que cocinar el pulpo con ‘cariño’. Mas “cariño” es voz que proviene del latín “carere” y significa carecer. No es propio, pues, guisar con carencias. La cocina es, como bien lo refleja áticamente Sócrates Cicuta, la disciplina gastropornocibernética por excelencia, por nacer de Estómago, Sexo y Cerebro al honrar el precepto del Ducado de Gastronia que afirma: “Primum edere, deinde fornicare et denique philosophari” (Primero comer, luego fornicar y, por último, filosofar).
El sabio Trifón se expresa bien al mentar uno de los ocho rabos del pulpo, pues una vez muerto el molusco le cuelgan a éste los tentáculos a semejanza de las colas de los animales (DRAE). Trifón no se refería en particular al miembro viril del cefalópodo que, como es bien sabido, es el tercer brazo derecho del macho, suerte de órgano para la cópula con el que penetra en la cloaca de la hembra. Lo que no se recordó en el Fórum Gastronómico de Santiago es que, hace años, las mujeres pegaban con palos a los pulpos machos para ablandarles, sobre todo, el tercer brazo derecho cuya carne deleitosa se reservaba, con suma discreción, para las doncellas en su banquete de bodas. Se dice que la lucha de la especie por sobrevivir dio algunos ejemplares de pulpos zurdos, pero la mutación quedó abortada con la llegada del frío artificial.