
domingo, 16 de mayo de 2010
Casa Aurelio
domingo, 16 de mayo de 2010
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Es un placer volver a Casa Aurelio, lo mismo para comer unos estupendos callos en temporada como, en este caso, una menestra de primera categoría que situe al menos gastronómicamente la primavera, fallida en lo climatológico. Nos había quedado un buen recuerdo de la última vez que la cofradía había visitado esta casa de comidas de Pruvia, tradicional aunque muy remozada en la construcción y los comedores, y que fue una las últimas comidas organizadas por nuestro recordado amigo Emilio Fernández. De segundo plato se ha optado por una magnífica ternera a la jardinera, jugosa y abundante, que junto con unos postres variados, cafés y licores digestivos hicieron una comida estupenda que tendrá continuidad el mes de junio, la última antes del parón veraniego, en León, organizada por nuestro compañero Mino.

sábado, 1 de mayo de 2010
25 Aniversario de La Fresneda
sábado, 1 de mayo de 2010
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Asegura la gran Vanesa Ferreiro, de “O rey do pulpo”, que hay que cocinar el pulpo con ‘cariño’. Mas “cariño” es voz que proviene del latín “carere” y significa carecer. No es propio, pues, guisar con carencias. La cocina es, como bien lo refleja áticamente Sócrates Cicuta, la disciplina gastropornocibernética por excelencia, por nacer de Estómago, Sexo y Cerebro al honrar el precepto del Ducado de Gastronia que afirma: “Primum edere, deinde fornicare et denique philosophari” (Primero comer, luego fornicar y, por último, filosofar).
El sabio Trifón se expresa bien al mentar uno de los ocho rabos del pulpo, pues una vez muerto el molusco le cuelgan a éste los tentáculos a semejanza de las colas de los animales (DRAE). Trifón no se refería en particular al miembro viril del cefalópodo que, como es bien sabido, es el tercer brazo derecho del macho, suerte de órgano para la cópula con el que penetra en la cloaca de la hembra. Lo que no se recordó en el Fórum Gastronómico de Santiago es que, hace años, las mujeres pegaban con palos a los pulpos machos para ablandarles, sobre todo, el tercer brazo derecho cuya carne deleitosa se reservaba, con suma discreción, para las doncellas en su banquete de bodas. Se dice que la lucha de la especie por sobrevivir dio algunos ejemplares de pulpos zurdos, pero la mutación quedó abortada con la llegada del frío artificial.