
Fotos: A. AlvarezSin encomendarnos a mas santo que nuestra propia tradición, que obliga a juntarnos un sábado cada mes para rendirle culto a la comida tradicional hecha con cariño y degustado con respeto, nos encaminamos por cuenta de nuestro compañero Guillermo a una conocida casa de comidas del vecino concejo de Llanera, casa Luis en Ferroñes, en el margen izquierdo, hacia el interior, de la carretera que lle

va por La Miranda hacia Avilés. Como el Sr. Decano de la Cofradía es experto y conocedor de los vericuetos ferroviarios de la región, incluso de detalles técnicos y curiosidades varias, una parte del grupo decidió tomar el tren desde Lugones hasta el apeadero de Ferroñes, desde donde fuimos dando un paseo hasta el restaurante, donde nos esperaba un aperitivo de recibimiento.
Aunque el motivo principal de nuestra visita era probar (una vez más) los excelentes callos de temporada que aqui se preparan, no fue antes de un sabroso pote asturiano reglamentario, ante cuya presencia, alguno de los cofrades experto en materia sanitaria, disertó sobre los beneficios saludables que aportaban la mezcla de verduras y proteinas del guiso tradicional. A continuación dimos cuenta del plato estrella del establecimiento, unos callos que nunca defraudan pues están en su punto y perabundante. Como quiera que la casa presume de un buen picadillo de la reciente matanza, algo se consumió, para deleite de los mas tragaldabas.
Un tinto aragonés con cuerpo como es Coto de Hayas, muy adecuado para el menú, La estupenda variedad de postres y cafes y chupitos de un aguardiente tostado completaron una comida excelente para las fechas en las que nos encontramos.
Salud
P.D.: La presencia en la mesa de gaseosa "Casera", no es demerito del chigrero, sino mas bien capricho de algunos de los cofrades que están dispuestos a estropear cualquier vino y hasta el mejor de los platos, con bebidas dulces mas propias de la infame "Fast food".
Asegura la gran Vanesa Ferreiro, de “O rey do pulpo”, que hay que cocinar el pulpo con ‘cariño’. Mas “cariño” es voz que proviene del latín “carere” y significa carecer. No es propio, pues, guisar con carencias. La cocina es, como bien lo refleja áticamente Sócrates Cicuta, la disciplina gastropornocibernética por excelencia, por nacer de Estómago, Sexo y Cerebro al honrar el precepto del Ducado de Gastronia que afirma: “Primum edere, deinde fornicare et denique philosophari” (Primero comer, luego fornicar y, por último, filosofar).
El sabio Trifón se expresa bien al mentar uno de los ocho rabos del pulpo, pues una vez muerto el molusco le cuelgan a éste los tentáculos a semejanza de las colas de los animales (DRAE). Trifón no se refería en particular al miembro viril del cefalópodo que, como es bien sabido, es el tercer brazo derecho del macho, suerte de órgano para la cópula con el que penetra en la cloaca de la hembra. Lo que no se recordó en el Fórum Gastronómico de Santiago es que, hace años, las mujeres pegaban con palos a los pulpos machos para ablandarles, sobre todo, el tercer brazo derecho cuya carne deleitosa se reservaba, con suma discreción, para las doncellas en su banquete de bodas. Se dice que la lucha de la especie por sobrevivir dio algunos ejemplares de pulpos zurdos, pero la mutación quedó abortada con la llegada del frío artificial.