
Comida de enero de 2009
Nuestro cofrade Fico Enterría ejerció de anfitrión de la comida que la Peña Gastronómica celebró este mes de enero de 2009. Nos dirigimos a la aldea de Cuérigo, a la entrada del valle de Casomera en el alto Aller, a la vera del río que da nombre al concejo. Salida de la Fresneda en una fría y soleada mañana, con parada en Casa Pachu en Moreda de Aller, para ir haciendo boca, y continuar el camino flanqueados por las nevadas cumbres de los cordales de Peña Mea y de Murias hasta llegar a Collanzo donde la carretera se desvía hasta nuestro destino. En Cuérigo topamos con el Hotel-Restaurante C´al Xabú, una sólida casona de piedra totalmente remozada que combina sin estridencias una moderna infraestructura, con un sin número de detalles y aperos tradicionales de la zona. Destaca su cocina-museo asturiana en la que no faltan un llar tradicional, una cocina de carbón y todo tipo de antiguos utensilios coquinarios. En un acogedor rincón de esta cocina nos acomodamos y comenzamos el condumio. De entrada un revuelto de morcilla sobre tortu de maíz. Primer plato opcional entre pote asturiano con compongo de casa o arroz con pitu (los más bravos atacaron a ambos). De segundo la opción se ampliaba a picadillo y adobo caseros, rabu guisado o truchas de río. Y de postre no podía faltar el panchón, que Margot, alma mater de C´al Xabú, elabora a la manera tradicional con la pancha de harina de escanda cocida entre las brasas del llar y posteriormente desmigada y amasada con mateca y azucar. Margot, nos deleitó con una espléndida glosa de este curioso postre cuyos orígenes se remontan a la etapa prerrománica astur y que invita al consumo colectivo y al hermanamiento, bien es sabido que “donde hay panchón, todos riñen y todos tienen razón”. Vino de rioja Herventia y licores para facilitar el trabajo estomacal y solazar el espíritu. Retorno con nueva parada en Casa Pachu, quedando emplazados para una nueva cita el próximo mes.
J. Hevia
Asegura la gran Vanesa Ferreiro, de “O rey do pulpo”, que hay que cocinar el pulpo con ‘cariño’. Mas “cariño” es voz que proviene del latín “carere” y significa carecer. No es propio, pues, guisar con carencias. La cocina es, como bien lo refleja áticamente Sócrates Cicuta, la disciplina gastropornocibernética por excelencia, por nacer de Estómago, Sexo y Cerebro al honrar el precepto del Ducado de Gastronia que afirma: “Primum edere, deinde fornicare et denique philosophari” (Primero comer, luego fornicar y, por último, filosofar).
El sabio Trifón se expresa bien al mentar uno de los ocho rabos del pulpo, pues una vez muerto el molusco le cuelgan a éste los tentáculos a semejanza de las colas de los animales (DRAE). Trifón no se refería en particular al miembro viril del cefalópodo que, como es bien sabido, es el tercer brazo derecho del macho, suerte de órgano para la cópula con el que penetra en la cloaca de la hembra. Lo que no se recordó en el Fórum Gastronómico de Santiago es que, hace años, las mujeres pegaban con palos a los pulpos machos para ablandarles, sobre todo, el tercer brazo derecho cuya carne deleitosa se reservaba, con suma discreción, para las doncellas en su banquete de bodas. Se dice que la lucha de la especie por sobrevivir dio algunos ejemplares de pulpos zurdos, pero la mutación quedó abortada con la llegada del frío artificial.