miércoles, 15 de enero de 2014
Sidreria Mayte
miércoles, 15 de enero de 2014
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Pasados los rigores gastronómicos navideños, fáciles de sobrellevar con afición y buen humor, nos preparamos para comenzar el año en casa de nuestro compañero de cofradía Inocente, la sidrería Mayte de Lugo de Llanera, que regente junto a su esposa con mano firme y gusto por la comida tradicional. El menú que nos esperaba después de unos aperitivos de rigor, comenzaba por unes fabes con marisco, para continuar con dorada a la espalda con patatinas y unos escalopines al cabrales de tercero. Un postre contundente a base de arroz con leche y los cafes y licores digestivos tradicionales nos devuelven el color y la alegría en medio de tantos problemas y preocupaciones. No se me olvida que el vino elegido ha sido un crianza del Conde del Real Agrado, estupendo tinto de los viñedos de Alfaro en plena Rioja Baja.
Y con esta comida damos paso a la tradicional comida en las Jornadas de Caza en el restaurante De Torres de Felechosa, que dispone como siempre nuestro nuestro compañero Pedro Mónico. Hasta entonces.
Bon apetit
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Asegura la gran Vanesa Ferreiro, de “O rey do pulpo”, que hay que cocinar el pulpo con ‘cariño’. Mas “cariño” es voz que proviene del latín “carere” y significa carecer. No es propio, pues, guisar con carencias. La cocina es, como bien lo refleja áticamente Sócrates Cicuta, la disciplina gastropornocibernética por excelencia, por nacer de Estómago, Sexo y Cerebro al honrar el precepto del Ducado de Gastronia que afirma: “Primum edere, deinde fornicare et denique philosophari” (Primero comer, luego fornicar y, por último, filosofar).
El sabio Trifón se expresa bien al mentar uno de los ocho rabos del pulpo, pues una vez muerto el molusco le cuelgan a éste los tentáculos a semejanza de las colas de los animales (DRAE). Trifón no se refería en particular al miembro viril del cefalópodo que, como es bien sabido, es el tercer brazo derecho del macho, suerte de órgano para la cópula con el que penetra en la cloaca de la hembra. Lo que no se recordó en el Fórum Gastronómico de Santiago es que, hace años, las mujeres pegaban con palos a los pulpos machos para ablandarles, sobre todo, el tercer brazo derecho cuya carne deleitosa se reservaba, con suma discreción, para las doncellas en su banquete de bodas. Se dice que la lucha de la especie por sobrevivir dio algunos ejemplares de pulpos zurdos, pero la mutación quedó abortada con la llegada del frío artificial.