lunes, 12 de abril de 2010

Casa Hilario

lunes, 12 de abril de 2010 0
Hay que retrotraerse a abril del 2008 para juntar a tantos cofrades, amigos e invitados alrededor de una mesa; el motivo principal era y es un menú exquisito y abundante que no ha dejado a nadie indiferente. Como estaba previsto, llegamos a El Berrón con tiempo suficiente para tomar un poco de sidra y saludar a unos y otros, invitados y compañeros que se prodigan poco últimamente.

Una vez en la mesa nos sirven un entrante a base de almejas y langostinos a la marinera, para pasar inmediatamente el pote de Antoñana, que hace referencia a la localidad belmontina de donde procede el excelente embutido, que le da un sabor inigualable al resto de componentes del tradicional plato, y tanto la calidad y como la generosidad de las raciones han sido muy bien recibidas por los comensales. El postre de leche cuajada con miel no le ha ido a la zaga. En el capitulo de vino se ha elegido un crianza Conde de Valdemar y los cafes y licores digestivos tradicionales.
Naturalmente se cumplió con el ciclo sucesivo establecido para este tipo de reuniones: Facilidad de palabra, exaltación de la amistad, cantos regionales, tuteo a la autoridad..., incluso para el recuerdo imborrable de la "heroica mili" de alguno, ya afectado por la euforia alcohólica.

Nota: hubo incluso epílogo con aquello que se cantaba en El Sport:

“Plis plas, cagaste en Candás,
Plis plas cagaste en Candás,
que te vieron los chiquillos
que yeren muy pillos, y taben detrás.
Plis plas, cagaste en Candás.”

Buen provecho
A. Alvarez

 
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