Del repertorio de todo grupo coral masculino, otxotes y corales en general, que se precie no puede faltar una pieza creada a la sombra de un tradicional restaurante bilbaino, el Café Iruña de la capital vizcaina, situado en frente de los jardines de Albia, donde tocaba sobre los años veinte del siglo pasado el pianista y organista de Sestao Miguel Arregui, que con la carta del restaurante y las aportaciones de Jesús Unzúe, adaptó la música del compositor austriaco Carlos Federico Zöllner para componer Menúdo menú o El Menú, estrenada en el quiosko del Arenal en 1927. La versión que de ella hizo el grupo guipuzcoano los Xey la hizo famosa y a sus protagonistas.
Camarero, señor, camarero, señor.
¿Qué hay para hoy? Señor, un buen menú.
Solomillo asado con patatas fritas,
sesos huecos, hígado, liebre, chateaubriand.
Sopa de albondiguillas, caldo de tortuga, sopa húngara,
consomé de almejas, gran cocido parisién, huevos al gratén.
Tenemos pollo asao, asao, asao, asao, con ensalada,
buen menú, buen menú, buen menú, señor.
Y frescos calamares, gallo, pescadilla frita, salmonetes, barbos,
bacalao a la vizcaína, atún, besugo,almejas, truchas, sábalo, langosta
a la americana, y faisán relleno, pavo asao, asao...
Pavo asao, asao, asao, asao con ensalada,
buen menú, buen menú, buen menú, señor.
Frito de espinacas, berenjenas fritas, habichuelas, frijoles y tortilla al ron.
Crema, tocino de cielo, mazapán, natilla, hojaldre, franchispán,
flan de avellanas, frutas, queso roquefort y también gruyere.
Y después, buen helao, y café, buen provecho le haga a usted.
Buen provecho le haga a usted.
Asegura la gran Vanesa Ferreiro, de “O rey do pulpo”, que hay que cocinar el pulpo con ‘cariño’. Mas “cariño” es voz que proviene del latín “carere” y significa carecer. No es propio, pues, guisar con carencias. La cocina es, como bien lo refleja áticamente Sócrates Cicuta, la disciplina gastropornocibernética por excelencia, por nacer de Estómago, Sexo y Cerebro al honrar el precepto del Ducado de Gastronia que afirma: “Primum edere, deinde fornicare et denique philosophari” (Primero comer, luego fornicar y, por último, filosofar).
El sabio Trifón se expresa bien al mentar uno de los ocho rabos del pulpo, pues una vez muerto el molusco le cuelgan a éste los tentáculos a semejanza de las colas de los animales (DRAE). Trifón no se refería en particular al miembro viril del cefalópodo que, como es bien sabido, es el tercer brazo derecho del macho, suerte de órgano para la cópula con el que penetra en la cloaca de la hembra. Lo que no se recordó en el Fórum Gastronómico de Santiago es que, hace años, las mujeres pegaban con palos a los pulpos machos para ablandarles, sobre todo, el tercer brazo derecho cuya carne deleitosa se reservaba, con suma discreción, para las doncellas en su banquete de bodas. Se dice que la lucha de la especie por sobrevivir dio algunos ejemplares de pulpos zurdos, pero la mutación quedó abortada con la llegada del frío artificial.